El
reto que representó la creación de un museo de la ciencia en Logroño,
al otro lado del río y en el edificio rehabilitado del antiguo
matadero, aparece hoy
acompañado del respaldo de un importante número de logroñeses que han aceptado la invitación y han recorrido las salas de la Casa de las Ciencias de forma asidua.
Ahora, cuando se cumple
el tercer aniversario de su inauguración, el museo puede presumir
de formar parte con pleno derecho de la oferta cultural de la
ciudad, junto al resto de los museos y salas de exposiciones,
junto al teatro Bretón y junto a la nueva plaza de toros, cuya
estructura cubierta nos garantiza la presencia de Logroño en el
circuito de los espectáculos musicales en directo.
La Casa de las Ciencias
se ha ganado la aceptación de los logroñeses día a día, con el
trabajo de todos y cada uno de los integrantes del equipo que
la dirige, que han sabido confeccionar una oferta atractiva, capaz
de integrar la ciencia y la tecnología con el divertimento y los
aspectos más lúdicos de cada materia. Al igual que el interés
por la pintura se adquiere en los museos de arte, muchos hemos
despertado nuestra ‘curiosidad científica’ en las salas de la
Casa de las Ciencias. A lo largo del último año, los ‘curiosos’
hemos alcanzado la cifra de 65.000 personas.
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