El extrarradio, lo que en Logroño hemos llamado siempre “los barrios” tendrá prioridad en la actuación del nuevo Equipo de Gobierno del consistorio logroñés. El olvido de los logroñeses periféricos ha sido más que evidente en estos últimos años. Igual que evidentes, además de justas, han sido las protestas de los vecinos, por ejemplo, de los de La Estrella. Nunca se les tuvo en cuenta ante diseños caprichosos que les cambiaban la vida, trasladando a un barrio tranquilo el agobio y el estrés del tráfico y la congestión urbana, y todo por no bajarse los faraones de su trono para hacer partícipes a los ciudadanos de sus decisiones. Los de Yagüe, por su parte, se sienten arrinconados por el moderno Valdegastea. Y con razón. Pero el apellido del Logroño trabajador y reivindicativo es Yagüe, y perder Logroño ese apellido sería tanto como perder nuestra historia, conciencia y espíritu de lucha. Así pues, es más que necesario que las barreras que separan desaparezcan haciendo caminos de ida y vuelta, formando un todo que dé a Logroño un apellido compuesto de tradición y modernidad. Que el balance entre crecimiento y servicios está descompensado en detrimento de los barrios más alejados del centro de Logroño es más que palpable, sobre todo si ese balance lo trasladamos a El Cortijo o a Varea, donde la distancia con el centro no es sólo de cuatro o seis kilómetros, sino de años, de todos los años que han estado abandonados. Por todas estas razones, el Ayuntamiento de Logroño está dispuesto a trabajar para que el extrarradio y el centro se equilibren, de la misma forma que los impuestos nos equilibran.