La batería de artillería
La antigua colina de Valbuena, sobre la que fueron edificadas la iglesia románica del siglo XII y las instalaciones del convento dominico del siglo XVI, aparece delimitada en este sector del Parque del Ebro por los muros de la batería artillera del recinto fortificado construido en el siglo XIX. Según aparece señalado en el plano adjunto, el lateral norte de la batería lo fue en el contexto de la Guerra de Independencia (entre los años 1810 y 1813, aprovechando el muro que sustentaba la antigua plataforma del convento) y el lateral occidental, accesible también desde el área arqueológica de Valbuena, en el de la Primera Guerra Carlista (entre 1833 y 1840). El punto de unión entre ambas estructuras se aprecia perfectamente en el forzado adosamiento de dos aparejos de mampostería distintos, dispuesto en vertical el más antiguo (la infraestructura conventual reaprovechada) y en talud el más moderno (levantado ex profeso en la Primera Guerra Carlista). La apresurada construcción de este segundo tramo reutilizó material procedente de la demolición de los edificios extramuros más inmediatos, suprimidos para facilitar la defensa de la plaza.
Las murallas logroñesas, cuyo trazado había sido completado apenas veinte años antes, fueron demolidas en el año 1862 una vez que tomó forma un nuevo modelo de ciudad abierta, trenzada por medio del ferrocarril con un amplio territorio. Como excepción, se conservó el tramo norte de la batería artillera de Valbuena, que seguía contribuyendo a la sujeción de la terraza sobre la que se situaban las dependencias del convento, reconvertidas en instalaciones militares. Una vez finalizada la colmatación de los fosos que rodeaban el resto del perímetro de la batería, se procedió al diseño de las líneas de expansión urbana que acabaron por modelar el actual sector occidental de la ciudad.