Tribuna de opinión
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Un año después, Logroño da marcha atrás
Esta semana se ha cumplido un año desde que el equipo del PP de Conrado
Escobar tomara las riendas del Ayuntamiento de Logroño, un año, en el que Lo-
groño, no solo no ha avanzado, sino que ha dado marcha atrás en muchas cosas.
Y es que pasados doce meses, no hay un modelo claro de ciudad para el siglo XXI,
ni proyecto para afrontar los nuevos retos que tenemos como ciudad.
La legislatura comenzó con una queja del PP sobre la situación de las arcas mu-
nicipales, una queja del mundo al revés, puesto que había mucho dinero en el
cajón y había muchos proyectos aprobados para Logroño, con respaldo de los
fondos europeos. Una sorpresa que obligaba a gestionar y ejecutar esos fondos,
calificados por el Partido Popular como fondos trampa.
Y en relación a estos fondos, el PP tomó la decisión unilateral de eliminar el carril bici
de Avenida de Portugal, lo hizo en pleno de mes de agosto, como si la tranquilidad del
estío y la canícula, ocultasen el retroceso cometido. Una acción unilateral, que como
estamos viendo casi un año después, puede tener consecuencias muy graves. Una pro-
mesa electoral temeraria, que estamos seguros que no defienden muchos de los vo-
tantes del propio PP, una decisión de consenso de cuadrilla, de castigo y de revancha.
Promesas electorales en este año transcurrido, de cumplimiento selectivo por
parte del Sr. Escobar, porque de la bajada inmediata de impuestos del 10%,
pasamos a la subida del 9% de la tasa de recogida de basuras.
Promesas de gobernar para todos, pese a la mayoría absoluta, mientras que parti-
dos y posiciones extremas y minoritarias revisan, tutelan o condicionan programas
culturales, banderas en el balcón del Ayuntamiento o declaraciones institucionales
del Pleno. Un paso de gigante hacia atrás en derechos y consensos alcanzados.
Hoy, Logroño encara el diseño y la reforma de las Calles Sagasta, Duquesa de
la Victoria o San Antón. Hoy, Logroño va terminando la reforma del Mercado
de San Blas o el Colegio San Bernabé. Hoy, Logroño mira al futuro con la re-
forma de la antigua Estación de Autobuses. Menos mal que otros solicitaron,
lograron y gestionaron esos fondos trampa que vinieron de Europa, menos
mal que el PSOE entendió que la evolución de Logroño debía ser hacia el
siglo XXI, y no al revés
Logroño funciona
Si la norma general habla de lo relativo del tiempo, en política parece que lo es aún más.Es especialmente llamativo lo que afecta la variable cromática al paso de los años y los plazos. Del rojo al azul. Hace justo un año el gobierno del Partido Popular llegó al Ayuntamiento de Logroño y con él un nuevo ritmo de trabajo. La nueva Estación de Autobuses de Logroño llevaba más de 4 años bloqueada, paralizada por un gobierno socialista que sencillamente no quiso (o supo) ponerla en marcha. Dos meses fue el tiempo que requirió el Partido Popular para ponerla al servicio de los logroñeses. Una cuestión cromática.Este acontecimiento fue solo el primero de una cascada de intervenciones que se irían sucediendo a lo largo de estos primeros doce meses: la reapertura del Centro Cultural del Rioja, la habilitación del parking provisional y adjudicación del proyecto para la Antigua Estación, la intervención urgente en Cien Tiendas, el proyecto para Duquesa de la Victoria,la dinamización del comercio local con iniciativas como CUCO, o las más de 750 plazas de aparcamiento que se han puesto al servicio de los logroñeses para resolver el destrozo socialista de la anterior legislatura Un año, doce meses o trescientos sesenta y cinco días, pero una cosa está clara; Logroño funciona.
Nos estamos cargando la esencia de Logroño
Acudimos atónitos a cantidad de comisiones, reuniones,
mesas de trabajo, juntas de distrito, etc., donde vemos que
la deriva de nuestra querida ciudad es preocupante.
De repente en unos meses desde que llegó el nuevo equi-
po de gobierno vemos como varios colectivos, asociaciones
y observatorios vecinales defienden un ideal de Ciudad que
nada tiene que ver con la historia y la realidad logroñesa.
Se nos está inoculando a grandes dosis un LOGROÑO que
base su SER en la insipidez, la insulsez y la sosería. Una cosa
es (y muy respetable), el hecho de que los vecinos tengan
todo el derecho para descansar, para encontrarse unas calles
limpias y saneadas, sin basuras, sin ruidos extras, equilibra-
das,, pero de ahí a ENTRISTECER, SILENCIAR O AMODORRAR
al personal que vive aquí y a los que dejan cientos de miles
de euros durante el año dista mucho para nuestro entender.
Unos nos llenaron de fondos europeos que hipotecaban a
la ciudad para decenios de años, se crearon proyectos de
la noche a la mañana sin ningún tipo de consenso para
satisfacer los deseos filosóficos nacidos de AGENDAS EX-
TRAÑAS que nadie ha votado y que se quieren imponer
forzosamente en las capitales del mundo occidental. Otros
que llevan casi un año y que son incapaces de atreverse a
REVERTIR la artimaña producida por los anteriores. Y otros
que fueron equipo de gobierno y que hoy “atacan” lo que
ellos mismos crearon.
Desde el grupo municipal de VOX planteamos el SENTIDO
COMUN, exigimos el estricto cumplimiento de ordenan-
zas en cuanto ruido, limpieza, terrazas, horarios, licencias
y todo lo que corresponda pero por favor NO NOS QUITÉIS
NUESTRA ESTIRPE BERONA.
Escobar nos impone cambiar nuestro escudo y nuestra bandera
Los símbolos institucionales de la ciudad pertenecen a todos los logroñeses y logroñesas. No cabe discusión al respecto. Pretender cambiar la imagen oficial del escudo y de la bandera de Logroño sin mediar con los grupos municipales ni consultarlo con la ciudadanía es una osadía. Y el alcalde de Logroño ha tropezado con un principio al que se aferró al inicio de su mandato:gobernar como si no tuviera mayoría absoluta.Pues bien, once meses después de que tomara el bastón de mando de la ciudad ha decidido renunciar a los símbolos que nos identifican como logroñeses y pretende oficializar un escudo y una bandera legitimados hace cinco siglos,pero que borra de un plumazo la historia más reciente con la que nos identificamos como logroñeses y que ha quedado reflejada en nuestra enseña, como es el color burdeos o Rioja, y nuestro escudo, desistiendo de la corona ducal y la leyenda ‘Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Logroño’.Pero más grave aún es que haya pretendido cambiar nuestros símbolos sin haberlo consultado con la oposición ni haber abierto un proceso participativo para que la ciudadanía pudiera expresar su opinión. La única certeza que tenemos es que el señor Escobar ha errado convocando un pleno institucional faltando a su palabra: el diálogo. Urge un cambio de rumbo y recuperar la política de pactos de ciudad.